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Leandro Castelluccio
(Imagen obtenida de: link)
La noción de propiedad ha sido fruto de debate intelectual a lo largo de siglos y ha inspirado diversos movimientos ideológicos, algunos defendiendo la propiedad privada, otros defendiendo una propiedad colectiva.
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, la propiedad, en el sentido de la posesión de algo, se define como:
“Derecho o facultad de poseer alguien algo y poder disponer de ello dentro de los límites legales”.
En general, la propiedad se la ha tratado de múltiples manéras, afirmándola o negándola, diciendo que existe o que en realidad es una ilusión, de que existe propiedad pública o privada, de que la propiedad debería ser pública o que debería ser privada o una mezcla de ambas. El problema inicial yace en la definición anterior de propiedad. El “derecho o facultad de poseer alguien algo” no clarifica qué es la propiedad, no le da sentido alguno al término. Lo que sí nos orienta en torno a su sentido es la segunda parte de la definición: “poder disponer de ello”. Eso es verdaderamente la propiedad de algo, la posibilidad de disponer de ello. ¿Y qué significa disponer de algo? Pues poder usar ese algo para los fines de uno. La noción de propiedad puede pues entenderse mejor como la noción según la cual un objeto es utilizado según el fin de una persona en particular, cuando dicho objeto pasa a ubicarse dentro de los fines de un individuo.
¿Tiene sentido que un sujeto adquiera propiedad sobre las cosas? En una primera instancia no parecería haber ninguna justificación en la realidad tanto de adquirir propiedad sobre ciertas cosas como no adquirir propiedad sobre ciertas cosas, sin embargo, en un estado donde un sujeto debiese proveerse para sí mismo los medios de supervivencia, la posesión de una herramienta de caza, por ejemplo, es necesaria para garantizar el hecho mismo de mantener la vida del sujeto, si no tuviese esa herramienta ninguna otra consideración tendría sentido, dado que no habría sujeto, este no subsistiría, en este caso. Así, no habría razón en la realidad, fuera del sujeto, para que este no pudiese adquirir la propiedad de un objeto, basándonos en la recompensa y sus estados más elevados (este concepto es desarrollado en mi obra “Proposiciones” – ver en menú de publicaciones), lo haría, teniendo en cuenta que no inicie un conflicto con otros sujetos, pues negaría los altos estados de recompensa, y así puede poseer algo que ha encontrado y que no es propiedad de otra persona, algo que surge por la modificación que el propio sujeto hace a la realidad, por ejemplo, un artefacto creado, una obra de arte, etc., y un objeto que se adquiere por mutuo acuerdo.
La noción de propiedad a nivel político-social, para la relevancia de un Estado, se mantiene por la función de defensa que lleva el mismo, extensión del criterio de búsqueda de altos estados de recompensa en un sujeto particular, tal como desarrollo en mi obra. Uno puede perfectamente hacerse con la posesión de algo, tomando aquello en la realidad por primera vez que no pertenece a otro e intercambiando o aceptando por acuerdo voluntario lo que es de otro. Cuando uno se hace con la propiedad por primera vez debería hacerse explícito, para que otros puedan identificar esto y no generar un conflicto.
Se han planteado diversas cuestiones respecto a la existencia o no de la propiedad, o de existir, el hecho de si le pertenece a uno u a otro o a todos los sujetos. En la realidad las cosas no pertenecen en sí a un sujeto en particular, lo que implica que tampoco pertenecen en sí (como hecho metafísico en la realidad) a otros individuos fuera de ese sujeto. Decir que las cosas pertenecen en sí a alguien o a todos implicaría una especie de conexión mística entre un objeto y los individuos. Pero en la realidad no existe justificación por la cual no pueda hacerme con la propiedad de algo. La cuestión es cuando dicha acción implica un conflicto con otro sujeto, pues no habría en la realidad una justificación para que la parte activa, la acción de uno que implica la toma de posesión de lo que otro ya posee, sea tomada por encima del otro y su posesión, si esto se hace será por lo que recompense a sujetos particulares, aunque no implique estados de alta recompensa. Como uno no tiene por qué vivir sometido a los deseos de otros, que son la verdadera base de sus acciones y sus principios morales y que muchas veces aluden a que la propiedad no es de uno, uno buscará defenderse, por la recompensa que implica, y porque además uno defiende los altos estados de recompensa. Una acción hacia un sujeto que le prive su propiedad o se la quite implicaría la defensa del sujeto, entendiendo que esta forma parte de garantizar la posibilidad de altos estados de recompensa, posibilidad última al que un sujeto puede aspirar en su vida, y como aclaré antes, la función de un Estado, una vez entendido que todo principio ético se basa en la recompensa, establezco que lo mejor debería prevaler.
Un Estado que niega los altos estados de recompensa en un sujeto, lleva a este a tener que defenderse por su propia cuenta, y uno buscará defenderse para garantizar los altos estados de recompensa, lo máximo a lo que puede aspirar en su vida. Una acción contra la propiedad implicaría un conflicto, en la realidad no habría ninguna razón por la cual la acción de un sujeto de hacerse con la propiedad de otro deba ser impuesta sobre los fines y posibilidad de acción del otro sujeto para con su posesión, si se hace será por la recompensa que implique, aunque esté negando los altos estados de recompensa.
La cuestión es que uno no puede establecer que algo no es propiedad de otro, que tal cosa como la propiedad no existe, y basar en ello la negación de la posesión de cosas por parte de la persona, ya que implicaría que uno tampoco posee la propiedad, no habría razón en la realidad para imponer la posesión por parte de una persona en vez de la otra, por lo cual un sujeto tendría una buena razón para defenderse si otro desea tomar su propiedad, el conflicto implica una acción activa por sobre un estado pasivo, un sujeto que no hace nada y se le quiere quitar su propiedad. Uno puede decir lo contrario, que las cosas pertenecen a todos, pero eso implicaría decir que no le pertenecen a nadie. Recordemos la aclaración de la definición de propiedad, la propiedad de algo es disponer de algo para los fines de uno. Si sujetos tienen diferentes fines para un objeto, y si el objeto pertenece a ambos, ningún fin es posible pues hay contradicción, uno tendría que tener su propiedad y no otro para que dicho objeto pueda ser utilizado para un fin.
Uno puede plantear que los bienes producidos por uno le pertenecen, ya que implican una extensión de la vida de uno y el propio medio de generación, la propia mente (según este criterio), pero no los recursos naturales utilizados para elaborar el producto. Esto no es cierto, ya que en la realidad ningún recurso pertenece o no pertenece a alguien, simplemente no hay relación metafísica de propiedad en la realidad, entre el recurso y uno mismo, no hay ninguna conexión abstracta perteneciente a la realidad fuera de la mente del sujeto. Pero injustificado sería en la realidad que uno evite que alguien tomé posesión de un recurso natural, alguien puede hacerse con la posesión de algo que nadie a reclamado en primer lugar teniendo el primer contacto con la misma, evitar que una persona tenga como propiedad un recurso natural el cual ya previamente ha adquirido su propiedad implicaría la consideración de los criterios de uno por sobre la posibilidad de acción de otro con respecto a ciertos objetos en la naturaleza que uno ya ha clamado posesión, o donde otro lo ha hecho y ha adquirido tal posesión por acuerdo. Tal consideración (y criterio) de aquel que quiere tomar lo que otro ha generado o adquirido por su cuenta sin iniciar un conflicto con nadie, la imposición que implica no se justifica en la realidad, pues la realidad carece de tales criterios, uno tendría una buena razón para defenderse.
Teniendo en cuenta la noción de propiedad como el hecho en el que un objeto es utilizado según el fin de una persona en particular (si uno no puede utilizar un objeto para su fin entonces no es de su propiedad), establecer que un bien es público es contradecir la noción misma de propiedad. Todo a lo que se le llama propiedad presupone su conexión con un fin, es esto lo que expresamos con el término propiedad, si decimos que algo le pertenece a todos, donde existen individuos con diferentes fines, estos se oponen entre sí, se contradicen, el objeto no puede entonces estar en función de un uso determinado, de acuerdo a un fin, ya que habrá simultáneamente un fin opuesto, si el bien es denominado como público. Esto implica que para que un bien llamado público pueda ser utilizado según un fin específico, alguna entidad debe asumir un poder prioritario sobre dicho bien y utilizarlo en función de su propio fin. Esto implica que mientras que un objeto se asocie a un fin determinado, nunca será verdaderamente público, donde todos puedan utilizarlo según sus conveniencias, necesariamente alguien en particular o un grupo de individuos con los mismos fines, posee la verdadera propiedad del bien u objeto y hace de este lo que quiera. Puede que el fin que dicha entidad persiga para el bien sea moldeado por la vía del voto de los ciudadanos, a través de un proceso democrático, pero la naturaleza no cambia, el bien estará destinado al fin de la mayoría, en oposición a lo que desee una minoría, nunca podrá ser verdaderamente público y ser utilizado para algo, a menos que el total de la población concuerde unánimemente con un fin en particular, pero eso es algo muy difícil que suceda.
Uno puede sugerir el criterio de que la propiedad pública significa un derecho momentáneo a que un objeto se ajuste a un fin individual, de forma que uno puede utilizar un objeto para sus fines por cierto tiempo. Así, un bien podría pasar por cada uno de los fines individuales por cierto tiempo, pero nada bueno podría salir de eso, y no es lo que ocurre actualmente, como para decir que algo puede acercarse al hecho de que es de todos. Pero en realidad eso sería una extensión de los fines que tienen ciertos sujetos, aquellos que poseen poder para imponerlos, sobre como ciertos bienes pueden ser utilizados, habría un límite, un fin que pertenecería a ciertos individuos (para que sea de todos tendría que ser un fin unánime que todos estuvieran de acuerdo, lo cual es muy difícil por decirlo de una manera), que indica que un objeto sea utilizado momentáneamente para las conveniencias de cada persona en la sociedad, que ciertos objetos pasen momentáneamente por los intereses de cada individuo es el fin para dichos objetos de quienes tienen el poder de imponer dicho fin, dicho criterio, ellos son quienes mantienen la verdadera y última propiedad de los mismos, lo que permite que los mismos se ajusten a dicho fin, de que pasen por los intereses de cada persona en la sociedad, incluso otros fines de los propietarios últimos, verdaderos.
Cuando uno dice que un objeto no tiene por qué ser exclusivo de uno e implementa esto, es uno el que se hace con la propiedad del objeto, pues impone su fin, y busca que este se sostenga. Cuando se ha hablado de eliminar la propiedad privada, en realidad, lo que sucede es que ahora un grupo de personas es propietaria de lo que antes era de otro, la propiedad simplemente se transfiere, nunca se elimina, si de hecho un bien es utilizado para algo, o sea, en función de los fines de alguien en particular, toda la idea de la eliminación de la propiedad es una fachada para la expropiación y los beneficios y el poder que consiguen quienes propugnan estas políticas. El hecho es que la propiedad privada no es eliminable mientras haya vida, si alguien usa espacios y objetos para ciertos fines existe propiedad. Si alguien desea eliminar la propiedad de otro encerrándolo en una prisión debe haber propiedad para quien desea eliminarla. Si alguien quiere eliminar su vida y terminar con su propiedad, debe haber propiedad para hacerlo.
Se ha planteado que el hecho de que los recursos naturales le pertenecen a todos sirve como justificación a un salario universal para todos desde donde el dinero surge, ya que uno debe pagar por el uso de un recurso que sería en realidad de todos. Pero como ya he establecido, no es de todos ni de nadie particular, la propiedad surge y uno la protege por sí mismo o a nivel socio-político por un Estado, desde la noción de lo posible e injustificado en la realidad, y los altos estados de recompensa, que implica la noción del conflicto y la defensa, y de un fin que un sujeto en particular persigue, un objeto no puede tener fines opuestos y ser utilizado, uno necesariamente tendría que anteponerse ante el otro. Pero fuera de esto, el dinero como subsidio para un ingreso universal independiente del trabajo de uno, estaría surgiendo de los bienes producidos, que implican el trabajo físico e intelectual de individuos, uno agotaría en determinado momento el valor de un recurso, el dinero sólo podría provenir de la producción y el valor agregado, el valor del trabajo de la mente de uno. ¿Es también la mente de uno, y su cuerpo físico propiedad de otro, un recurso universal del que todos pueden disponer? Quien no quiera ser esclavo deberá defenderse si otros buscan hacerlo tal. Además, dicho pago o subsidio implicaría una relación entre el recurso y el individuo, como si una conexión en la cual se debe una parte de este a todos los sujetos fuera algo existente de forma independiente en la realidad, esto de nuevo es una conexión mística, inexistente en la realidad, no argumentos basados en la existencia, y uno puede tener razones para negarle la propiedad a alguien, pero no existen razones en la realidad para hacerlo, nada en la realidad justifica en última instancia el criterio de uno y tampoco su imposición. Si buscamos altos estado de recompensa, la propiedad es algo más que se defiende. No digo que un salario universal no sea algo factible (siempre y cuando se hagan en base a la posibilidad de altos estados de recompensa), simplemente esa justificación anterior es mala.
Y este concepto de propiedad ejemplifica su existencia, ya que uno puede decir que tal cosa como la propiedad en el mundo existe, pues uno utiliza objetos para sus fines, mientras lo haga, hay propiedad.
Existe una noción que podría asociarse a la de propiedad, pero cuyo criterio difiere del anterior, podría decirse del de pertenencia en el sentido de que algo forma parte de otra cosa, pero es distinto de algo que toma parte de los fines de un sujeto, el hecho de que algo forma parte de otra cosa no otorga una justificación o derecho en sentido metafísico para que eso sea utilizado para los fines de uno, si eso forma parte en algún sentido de uno, y uno puede buscar todo tipo de criterios de pertenencia y relación con uno, que dos sujeto formen parte de una misma comunidad no es un derecho o justificación metafísica, en la realidad, de que uno de esos sujetos esclavice al otro para sus propios fines.
Muchos Estados han decretado que ciertas cosas, como lo encontrado en aguas nacionales, los minerales de la tierra o restos arqueológicos que se puedan encontrar, etc., pertenecen al Estado. Esto no va de acuerdo a los altos estados de recompensa, pues el Estado está restringiendo de forma coercitiva la adquisición de bienes por parte de las personas. Recordemos que el Estado existe para defender ante el conflicto, para garantizar la posibilidad de los altos estados de recompensa, esa es su función primordial, con tal medida de restricción se está quebrantando la función de servicio a la persona, pues el Estado no debería limitar innecesariamente las posibilidades de las personas, o sea, todo límite que ejerciera fuera de su función primordial (que no tiene como fin garantizar dicha función) sería contrario a su propósito, por lo que el Estado no serviría al individuo, en cuanto a garantizar o respetar su posibilidad de altos estados de recompensa. Las personas han acordado financiar el Estado dentro de ciertos márgenes que deben ser respetados, el Estado no puede ser un ente autónomo que tenga objetivos propios contrarios o los acordes con los altos estados de recompensa. Una persona puede adquirir bienes e intercambiar con otros, y en este escenario uno puede adquirir algo que otro tal vez quería o deseaba, pero tenemos la posibilidad de hacerlo, y esto va acorde a los altos estados de recompensa, si el Estado restringe la posibilidad de hacerlo, hay una situación abusiva, es como si una persona pudiese hacerse con la propiedad que quisiera por simple mandato, negando cualquier posibilidad que otro pudiese tener de conseguirla, como si a una persona se le ocurriese decir que todos los frutos de determinada especie que crezcan en este país fuesen ahora de esta y la persona hace lo que quiere con ellos. Detallo esta diferencia, pues muchos creen que el hecho de que otras personas se hagan con bastas cantidades de bienes es una restricción o negación de su posibilidad de adquirir bienes, no lo es, pues uno puede adquirir bienes, quizás a uno le gustaba cierta cosa y otro la compro, pero esto cae dentro de las posibilidades que tienen las personas, y hay que recordar que uno no tiene la propiedad de algo simplemente porque la desea, o nació en el país donde se encuentra tal bien, como remarcaba antes. Y va acorde a los altos estados de recompensa que tengamos esa posibilidad y que no se restrinja, se limite o se utilice la coerción en la utilización de bienes y espacios para los fines de uno.
Uno podrá preguntar: ¿acaso no es también abusivo que el Estado sea el único que tenga un cuerpo policial y juzgue a las personas por agravios contra otros? Porque la propiedad es defendida por un Estado. ¿Por qué no mejor tener distintos Estados en un mismo lugar con distintos cuerpos policiales o directamente distintas agrupaciones de personas con sus propios cuerpos policiales para protegerlos? El problema es que habría un trato incorrecto al individuo, si los Estados o agrupaciones de personas tienen distintas leyes puede generarse situaciones donde para un Estado o agrupación de personas existe un conflicto entre dos personas (una persona abalada por un Estado y la otra por otro) y para otro Estado no, tiene que haber una ley que se cumpla para todos por igual si queremos actuar en y resolver conflictos, por lo que ciertas leyes deberán apicararse para todos por igual y en este sentido no puede haber desviaciones donde un grupo no las aplicará. Un marco común deberá ser aplicado para resolver el conflicto, se podrá decir que pueden haber agrupaciones con sus propios cuerpos policiales pero que una persona se someterá a las leyes del espacio comprendido por esa agrupación o Estado, independientemente del origen de esa persona, pero a menos que los grupos involucrados estén de acuerdo con esto, eso va a tener que imponerse, o por un grupo de mayor jerarquía, que abarque a los demás, digamos “el Estado”, para diferenciarlo de grupo A, B, C, o Estado A, B, C, o por el grupo que considera que ha habido un conflicto. Aquí lo que vale, antes que nada, es la fuerza de imposición con la que cuenta el grupo para imponer esa norma y acatar que se respete si se ha trasgredido dentro del espacio de la agrupación, el grupo o Estado del acusado podrá apoyarlo o no. Y lo que se deja un poco de lado son las razones, o sea, si los argumentos o criterios para decir que la persona ha cometido una trasgresión son válidos o no, se podrá defender o atacar lo que se considere válido, pero lo que gana no es la validez sino la mayor fuerza. Habiendo un solo Estado no quita el hecho de que hayan malas leyes, pero la contienda por cambiarlas por buenas leyes es intelectual y de persuasión, o sea, apelando al uso de argumentos, más que de fuerza, ese es el lugar donde la contienda debe ser impulsada. No observamos generalmente que hayan Naciones en conflicto con otras porque individuos de una Nación transgreden las leyes o normas en otra, por varias razones, pero hay un tema de magnitud y de costos, pero si la escala disminuye, y los espacios se reducen, creo que es más probable, y se tornaría más frecuente. Si una fuerza policial personal defiende un complejo industrial y existe otra agrupación con intenciones de imponerse y robar con suficiente fuerza como para hacerlo, va a ser mucho más difícil repelerla, lo mismo proteger a una persona frente a agresiones de otras agrupaciones. Una fuerza masiva dada por el Estado tiene más probabilidades de contraatacar tales transgresiones. Y de nuevo, validar las leyes en un Estado nos brinda un mejor escenario, considero, para el debate intelectual de la mismas, no una simple validación por la fuerza. Esas leyes deben ser las únicas y no puede haber leyes contradictorias. Si las leyes no hacen distinciones, son buenas o malas independientemente de donde esté uno o a qué agrupación uno pertenece, por la propia naturaleza del individuo: ¿no deberíamos tener todos las mismas leyes? Por lo que debemos trabajar es porque sean buenas leyes, apropiadas para nuestros altos estados de recompensa y máximos estados de recompensa. Y si vamos a tener las mismas leyes, en principio basta con un solo Estado para determinado territorio.
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