La importancia de los qualia en el fenómeno de la conciencia. Aportes desde la neurobiología. Tesis de Revisión Bibliográfica.

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Leandro Castelluccio

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(Imagen de portada obtenida de: link)

Resumen

El análisis del concepto de conciencia nos lleva a considerar diversos fenómenos que nos ayudan a comprender su naturaleza. Ponemos el énfasis aquí en el fenómeno del quale -la experiencia subjetiva- y sus propiedades. Argumentamos que el quale no es algo separado de los procesos cerebrales y que este puede ser estudiado desde el ámbito de la neurobiología. Se analizan diversos fenómenos cerebrales y trastornos neurológicos para comprender las posibles bases neurobiológicas del quale. Argumentamos a su vez que la experiencia consciente normal de los sujetos, donde forma, color o movimiento se encuentran integrados, nos incita a pensar que existiría algún mecanismo a nivel cerebral mediante el cual los distintos qualia se integraran. Profundizamos también en el hecho de si los qualia representan o no una ventaja evolutiva.

Abstract

The analysis of the concept of consciousness leads us to consider various phenomena that help us understand its nature. We put the emphasis here on the quale phenomenon-the subjective experience-and its properties. It is argued that quale is not something separate from brain processes and that it can be studied from the field of neurobiology. Various brain phenomena and neurological disorders are analyzed to understand the possible neurobiological bases of quale. We argue also that the normal conscious experience of the subjects, where form, color or movement are integrated, encourages us to think that there would be some mechanism at the brain level through which the different qualia integrate. We also delve into the question of whether or not qualia represent an evolutionary advantage.

Índice:

Introducción

  1. ¿Qué entendemos por conciencia? Distinción entre los distintos elementos que constituyen el concepto.

-1.1. Hacia una definición de conciencia.

-1.2. Conciencia y percepción.

-1.3 Conciencia y atención.

-1.4 Conciencia y self.P

-1.5 Conciencia y quale.

  1. Sobre la naturaleza del quale.

            -2.1. ¿Podemos dar una descripción más detallada del concepto de quale?

            -2.2. ¿Es el qualeverdaderamente una experiencia privada?

            -2.3. Las leyes de los qualia.

            -2.4. ¿Puede ser el fenómeno del qualeestudiado desde la neurobiología?

  1. Aportes desde la neurobiología al concepto del quale

            -3.1. ¿Qué pueden decirnos ciertos trastornos y procesos cerebrales sobre el fenómeno del qualey sus posibles causas?

            -3.2. Sobre una experiencia consciente integrada.

  1. ¿Representan los qualiaun fenómeno adaptativo resultado de la selección natural?
  2. Conclusiones.
  3. Referencias.
  1. Introducción 

Este trabajo trata sobre el estudio de la conciencia y específicamente dentro de este concepto, la noción de quale, y los aportes que desde el campo de la neurobiología existen respecto a este fenómeno. El quale(pl. qualia), referiría a la cualidad subjetiva de la experiencia consciente, a la sensación y experiencia que uno subjetivamente tiene de las cosas, la sensación que uno experimenta del color rojo cuando observa algo de dicho color, por ejemplo (Blackmore, 2005)

Teniendo en cuenta la búsqueda de material bibliográfico para este trabajo, si bien hemos constatado que existe un gran número de artículos y libros referidos al fenómeno del quale, el abordaje específico de la relación entre éste y la neurobiología presentaría un escaso desarrollo en el ámbito académico, considerando el número reducido de artículos que abordan esta dimensión del tema. Fueron seleccionados autores de acuerdo al grado en que discuten la temática específica que abordamos en este trabajo. Los conceptos manejados se seleccionaron en base a la relevancia que tienen para entender el tema descripto.

Existen muchos abordajes al fenómeno del quale, distintas explicaciones posibles del mismo, de cómo se manifiesta, de cuál es su naturaleza, pero si quisiésemos estudiarlo en base a la neurobiología, nos encontramos con la limitación  de que existe muy poca evidencia según la bibliografía consultada como para poder idear un modelo neurobiológico satisfactorio que lo explique.La evidencia y los argumentos expuestos por diversos autores parecen no ser suficientes aún como para vislumbrar la exacta relación que existiría entre la neurobiología y la experiencia de orden personal, subjetiva, de las cosas, no susceptible a una observación directa. Este es un ámbito que permanece en el centro de un gran debate con múltiples posturas (Chalmers, 1996; Churchland, 1985; Jackson, 1982; Robinson, 1982; Searle 2002). Sin embargo, existe una buena cantidad de planteamientos y diversas hipótesis manejadas por muchos autores que pueden brindarnos un material interesante sobre el cual reflexionar y sobre el cual sentar las bases para desarrollar a futuro una explicación coherente de este fenómeno desde la neurobiología, sin excluir la posibilidad de entender el fenómeno bajo otros puntos de vista, bajo otros marcos teóricos. Este trabajo apunta a describir y reflexionar sobre estos planteamientos, para dejar abierta la pregunta a futuro sobre cómo de hecho el cerebro podría dar lugar al quale. Esta es una interrogante que podrá no ser resuelta en el lapso de nuestras vidas, sino en el de futuras generaciones, y es una pregunta esencial, ya que se introduce en el viejo problema que ha acosado a los pensadores de toda las épocas, el problema de la relación mente-cuerpo. Los planteamientos sobre la posible relación entre la conciencia y la neurobiología, pueden llegar a darnos cierto insightsobre la relación misma entre mente y cerebro. Estos planteos nos ayudan a entender como los diversos procesos mentales tendrían su base a nivel de la neurobiología. Por otro lado, consideramos relevante el hecho de que abordamos un tema sobre la conciencia que pocas veces es tratado: el quale.

Los aspectos más complejos de este trabajo están explicados e integrados como para considerar esta tesis dirigida al público en general. De todas formas, la lectura resultará de mayor facilidad para quien esté familiarizado con los conceptos manejados y con la terminología técnica empleada.

Este trabajo consta de una revisión bibliográfica, siendo la integración de los distintos elementos desarrollados el aporte propio del autor. Los límites de este trabajo están dados en gran medida por la etapa en el desarrollo del conocimiento en que se encuentra el asunto a nivel académico, y como se remarcaba al principio, por ahora sólo podemos dejar abierta la interrogante sobre cómo exactamente el cerebro daría lugar al qualea partir de las diversas hipótesis que se plantean, y cabe constatar que incluso muchos rechazan que el qualepueda reducirse al funcionamiento del sistema nervioso o plantean que se deberían formular otras explicaciones (Chalmers, 1996; Robinson, 1982). Nagel (1974) por ejemplo, considera que la conciencia tiene un carácter fundamentalmente subjetivo, que puede estar basada en los procesos cerebrales, pero que carecemos en este momento de información suficiente para elaborar una explicación satisfactoria de la conciencia en su carácter subjetivo, en base a los procesos cerebrales. Autores como Dennett (1990) niegan directamente la existencia del quale.   En efecto, se requerirá de mayor evidencia y argumentación para avanzar en el esclarecimiento de este fenómeno. 

  1. ¿Qué entendemos por conciencia? Distinción entre los distintos elementos que constituyen el concepto.

1.1. Hacia una definición de conciencia.

Nuestra intención en este trabajo es centrarnos en el fenómeno de la conciencia y en particular en la noción del qualey su relación con la neurobiología. Las primeras preguntas que así nos surgen son: ¿Qué es exactamente la conciencia? ¿Qué es el fenómeno del quale? ¿Es el qualelo mismo que la conciencia? ¿Se vincula el fenómeno del qualecon el de la conciencia? ¿Qué elementos compartidos y diferencias existen entre ambos? Para ello debemos entender que el concepto de conciencia abarcaría múltiples procesos, siendo uno de estos el quale. El objetivo para esta primera parte es brindar los argumentos que nos llevan a considerar al qualecomo uno de los fenómenos constitutivos del concepto de conciencia, siendo este último un concepto general que abarcaría al fenómeno del qualey otros procesos. 

De esta forma, al abordar la temática conceptualizada en la introducción, nos encontramos antes que nada con un concepto general que abarca múltiples constructos teóricos: la conciencia. El primer problema vinculado a la noción de conciencia es el significado de dicho término. Parecería haber en el público en general diversos usos de la palabra y cierta noción intuitiva de lo que el término designa, sin embargo, dicha noción intuitiva y usos diversos no han eludido el ámbito académico y el pensamiento de los mayores expertos en el área, tanto en el plano científico como filosófico. La realidad es que la noción de conciencia implica significados diversos y genera muchas confusiones, esto constituye un problema para el estudio de la misma, por lo que debemos sentar bases claras de a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de ella.

James (1904) decía que la conciencia no era más que el débil rumor dejado atrás por la desaparecida noción de alma en el ámbito de la filosofía.  En un mismo sentido, Watson (1961) entendía que la conciencia no era un concepto utilizable, y que mantener la creencia en la misma, desde una concepción experimental del estudio del ser humano, era mantener una creencia que se remonta a los antiguos días de la superstición y la magia.

Sin llegar a negar explícitamente la existencia de la conciencia, muchos autores critican el hecho de que no parece haber un consenso sobre lo que el término designa. Wilkes (1984) por ejemplo, argumenta que el término conciencia es como el término cosa, cuya utilidad yace en su flexibilidad para designar muchos elementos al tener una falta de contenido específico. Joynt (1981) decía algo muy peculiar respecto a la conciencia, indicando que si se explica como para que uno la entienda, en realidad no ha sido explicada correctamente, quizás planteando que la conciencia no es algo que verdaderamente podemos llegar a comprender.

En otro ámbito, Searle (2000) habla de la conciencia en el sentido de aquellos estados de sensaciones que se dan en el período que va desde que uno duerme sin soñar, se despierta y vuelve a dormir, o hasta que uno cae en un coma o muere, y se llega a estados totales de inconciencia. Dennett (1996) por otro lado, explica que a medida que uno aprende a usar el lenguaje, uno puede revisar, recordar, rediseñar o repasar las propias actividades que uno realiza, y de esta forma la conciencia referiría a aquellos pensamientos de este tipo que tienen cierta permanencia bajo un mecanismo de memoria. Velmans (2009) argumenta que entender el término conciencia como la experiencia fenomenológica que implica, constituye una base sólida a partir de la que se puede iniciar el estudio de sus componentes y sus bases a nivel de la neurobiología. El autor plantea que sería un error decir que uno estudia la conciencia en su sentido fenomenológico cuando uno está estudiando sus bases y correlatos neuronales, que por el contrario, uno debe partir del estudio del fenómeno, digamos, de lo que uno percibe o da cuenta a nivel de sus pensamientos, sensaciones o recuerdos, y a partir de allí indagar en su correlato biológico.

Si vamos a la definición de la palabra misma, conciencia viene del latín conscientĭa, y puede definirse, de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, como: 1) propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta; 2) conocimiento interior del bien y del mal; 3) conocimiento reflexivo de las cosas; 4) actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio sujeto y 5) acto psíquico por el que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo. Notemos la peculiaridad de que tanto la primera, como la cuarta y la quinta acepciones parecen hablarnos de la idea de un selfo identidad personal que es receptora de cierta experiencia, o una identidad personal que percibe y capta distintos atributos, distintos elementos de la actividad mental o del mundo. Ramachandran yHirstein (1997) plantean que estos dos aspectos de una experiencia y un selfparecerían inseparables, siendo la experiencia subjetiva (los qualia), y la noción de un self, dos caras de la misma moneda. La tercera definición parece hablarnos de la perspectiva antes mencionada de Dennet (1996), donde la conciencia referiría más bien a las reflexiones del sujeto vinculadas con el uso del lenguaje.

Es evidente que tenemos diferentes elementos asociados a la noción de conciencia que no dejan ver claros límites entre uno y otro, puesto que parecen estar muy relacionados entre sí, como la experiencia consciente y el self, o el concepto marcado antes por Dennett (1996) de las reflexiones vinculadas con el lenguaje, que implicaría la función del pensamiento. Searle (2000), por otra parte,  parece aludir a la atención y activación general del sujeto, los estados de vigilia y sueño. Por otro lado, consideremos cuando decimos que alguien tomó la decisión conscientede hacer algo determinado.¿Qué queremos decir con ello? Parecería que aludiéramos a la  noción de intención o voluntad, que alguien toma una decisión conscientemente contrario a inconscientemente, sería tener una intensión o voluntad  respecto a algo, aquí parecería entrar en juego también la idea del libre albedrío.

Veremos en el apartado siguiente cómo la noción intuitiva que se tiene de conciencia puede analizarse hasta llegar a constructos diferentes, entre ellos el concepto de quale.

 1.2. Conciencia y percepción

Considerando las definiciones anteriores de conciencia, nos encontramos con ciertos conceptos que formarían parte del significado de conciencia, nos referimos a nociones como el conocery el conocimiento, pues las definiciones nos hablan de un experimentar, de lo que sería percibir por ejemplo, y el resultado de dicho experimentar, el conocimientoque un sujeto adquiere. Podríamos sugerir que el concepto de conciencia está íntimamente ligado, en base a tales definiciones, a lo que podríamos considerar un término asociado, el del verbo conocer. Entender el significado de este verbo puede ayudarnos a comprender mejor el concepto de conciencia. Este verbo es definido, de acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, como la acción de: averiguar por el ejercicio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas o también como entender, advertir, saber. El concepto de conciencia se asociaría así a facultades como percibir, entender o averiguar las cualidades de las cosas. Esto refiere a procesos como la percepción y la sensación, facultades que pueden estudiarse a nivel de los órganos sensoriales, de las regiones cerebrales involucradas en tal actividad, como también a nivel psicológico, como ha sido estudiado por la escuela de la Gestalt (Kandel, Schwartz yJessel, 2001). 

Así, uno de los procesos que podemos distinguir de forma separada a otros dentro del concepto de conciencia, es el conocer, cuyo significado más aproximado según la definición del término antes mencionada, refiere a la noción según la cual un sujeto percibe y mediante los sentidos se manifiesta información de su entorno, o sea, el proceso de sensación y percepción. Esto no excluye que puedan sugerirse otros criterios de conocer, y otros procesos involucrados.

Para entender lo que significa la percepción a nivel de los órganos de los sentidos y el procesamiento cerebral, consideremos un proceso como el de la visión. A nivel de la retina, en nuestros ojos, se encuentran dos tipos de fotorreceptores: los conos y bastones. Los bastones, por ejemplo, poseen un pigmento visual denominado rodopsina, el cual presenta dos partes, una porción proteica ubicada en la membrana de los bastones, y una retinal, derivada de la vitamina A. Esta última parte posee dos configuraciones isométricas distintas: 11-cis y hola-trans. La luz, a través de un proceso físico, lo que hace es cambiar la configuración de esta parte de la rodopsina de 11-cis a holo-trans, y aquí se inicia una cascada de acontecimientos que terminan en la experiencia de visión que tenemos. A nivel cortical en el cerebro, el proceso de la visón se organiza en dos vías desde los lóbulos occipitales: la dorsal, dirigida hacia la corteza parietal posterior, y la ventral dirigida hacia la corteza temporal inferior. La vía dorsal implicaría el procesamiento de elementos como la profundidad, el movimiento y la localización en el espacio de los objetos captados. La vía ventral implicaría el procesamiento de elementos como la forma o el color. Cada núcleo de procesamiento en el cerebro respondería a aspectos particulares de la imagen captada, donde un grupo neuronal específico se activarían en función de determinado aspecto de la imagen, como determinado color, por ejemplo, pero no para otro aspecto, como las formas o contornos de la imagen. (Kandel et al., 2001).Esto conformaría un proceso de percepción.

Ahora, ¿cómo es que a partir de toda esta actividad y procesamiento cerebral existe algo como el quale? Esta interrogante ejemplifica lo que Chalmers (1995) denomina como el problema difícil. La noción del problema difícil, refiere a la dificultad que existe para los estudios del cerebro y la cognición de entender cómo se vincula un conjunto de entidades materiales y diversos procesos físicos (las neuronas, los neurotransmisores, los potenciales de acción, etc), con una experiencia mental, las propias sensaciones subjetivas que presentan los individuos.Como hemos mencionado antes, estas sensaciones subjetivas, los qualiarefieren a la cualidad subjetiva de la experiencia, a las sensaciones y experiencias que uno subjetivamente tiene de las cosas, digamos, la sensación que uno experimenta del color rojo, cuando observa algo de dicho color, por ejemplo (Blackmore, 2005). Nos referimos con qualea toda experiencia subjetiva, cada experiencia subjetiva implica una manifestación particular, pueden ser imágenes, que implicarían colores, formas, profundidad, o pueden ser sonidos, sabores, aromas, etc. Según ciertos autores (Crick y Koch, 2003; Nagel, 1974), esta experiencia es propia del sujeto e intransmisible a otros, para otros estudiosos del tema (Ramachandran yHirstein, 1997), esta experiencia subjetiva podría de hecho ser transmisible.

Parecería que podemos hacer una distinción entre el proceso de la percepción y el fenómeno del quale. El primero referiría a todos esos cambios y actividad cerebral como consecuencia de la luz captada del entorno, como ocurre en el ejemplo de la visión. Hablamos de un proceso donde hay algo captado y todo un conjunto de eventos subsecuentes. El quale, por otro lado, sería la experiencia subjetiva que estaría asociada a esos cambios y actividad cerebral que el sujeto presenta, o por lo menos estaría asociada a ciertos cambios y actividad cerebral, como veremos más adelante.           

1.3 Conciencia y atención

Dos elementos que podemos diferenciar de los anteriores y que formarían parte del concepto de conciencia, considerando particularmente los planteos de Searle (2000) antes mencionados, son el proceso de atención y los mecanismos que regulan los estados de vigilia y sueño. 

Cuando un objeto es foco de nuestra atención, solemos indicar que estamos menos conscientesdel entorno y nuestra conciencia está enfocada en el objeto. En este sentido, parecería que tenemos una experiencia subjetiva particular respecto de aquello que es foco de nuestra atención y una distinta de aquello que permanece fuera de dicho foco. Así, cuando algo es parte de nuestro foco de atención, por ejemplo, al parecer tendríamos una experiencia de quale particular, que si no lo fuese. ¿Existe entonces alguna relación entre el qualey la atención?

Se considera que los mecanismos neuronales implicados en la atención son diversos y conforman una red de estructuras, incluidas regiones sensoriales, el cortex parietal, prefrontal y anterior cingulado (Kolb yWhishaw, 2006).La atención podría dividirse en términos sencillos, en dos tipos: rápida, dependiente del contexto, basada en procesos de abajo-arriba (bottom-upen inglés), o lenta, volitiva, basada en procesos arriba-abajo (top-downen inglés). La atención rápida podría comenzar desde las neuronas de la quinta capa de la corteza cerebral que proyectan hacia el tálamo y el colículo superior (Crick y Koch, 2003).De acuerdo a estos últimos autores, la atención lenta, volitiva podría depender en gran medida de la parte frontal del cerebro con proyecciones hacia las regiones posteriores, particularmente hacia las dendritas apicales de las capas 1, 2 y 3 de la corteza cerebral y hacia el tálamo. Esta última estructura sería crucial en la atención, seleccionando señales relevantes dentro de un amplio espectro de información sensorial.

En conexión con esto, por otro lado, sabemos que el estado general de alerta de un sujeto se encuentra regulado por proyecciones ascendentes hacia las regiones corticales desde áreas subcorticales como el tronco encefálico, que a través de vías que involucran grupos celulares colinérgicos e histaminérgicos, son capaces de regular los estados de sueño y vigilia, y la activación general del sujeto (Kandel et al., 2001). 

Pero de acuerdo a Ramachandran yHirstein (1997)no parecería que lleguemos a entender el fenómeno del qualereduciendo su análisis a la atención y el estado de alerta, o estudiando los sistemas troncales y la activación que produce a nivel cortical. De acuerdo a estos autores, no sabemos  exactamente por qué la activación cortical da lugar a los qualia, y lo que es más, parecería que no toda la actividad neuronal da lugar a los qualia.Pero si el qualey la atención están relacionados, las bases neuronales de este último proceso, como hemos destacado brevemente, podrían ayudarnos a entender las posibles bases neuronales del fenómeno del quale.

1.4 Conciencia y self

Cuando pensamos en la experiencia consciente, tenemos algode lo que se es consciente, y alguienque tiene conciencia. La idea de un selfsería otro elemento que podríamos incluir dentro del concepto de conciencia.

De acuerdo aEdelman, Gally yBaars(2011), las respuestas cerebrales a las señales corporales que surgen en el sistema sensorio-motor de un individuo, en contraste con las señales evocadas por el movimiento de otros agentes, estarían vinculadas con la emergencia del self. Por otro lado, según Dennett (1992), el self sería equivalente al concepto de centro de gravedad en física. Este último no es algo tangible, no representaría un átomo o grupo de partículas, no tiene masa alguna, tan solo representa un lugar en el espacio. Lo mismo ocurriría con el selfsegún este autor, no sería algo tangible, tan solo el resultado de procesos como la reflexión sobre la propia experiencia y conducta.

¿Tiene el fenómeno del qualealguna relación con el self? De acuerdo a Ramachandran y Hirstein (1997), existiría un fenómeno que ejemplificaría como puede haber qualepara una región del campo visual que no recibe estímulo sensorial: el rellenado del punto ciego (fenómeno que retomaremos más adelante). Según estos autores, el qualeasociado al punto ciego es un rellenadopara alguien o para algo, esto significaría para Ramachandran y Hirstein (1997) que el problema del selfy el qualeson dos lados de la misma moneda. De acuerdo a estos autores, se planteaba originalmente que de hecho no había tal rellenado puesto que no hay nadie para quien este rellenado ocurriese, como podría ser un homúnculo (retomaremos esta idea del homúnculo posteriormente siguiendo los planteos de Dennett (1995)).

Para Ramachandran y Hirstein (1997), este argumento contra el rellenadoes un argumento según el razonamiento de que tal rellenadoes para alguien, para un homúnculo, por ejemplo. Sin embargo, de acuerdo a estos autores, el rellenadono es para alguien sino para algo. Elrellenadodel punto ciego se daría según estos autores para estructuras límbicas ejecutivas que estarían vinculadas con la toma de decisiones y la conducta compleja a largo plazo, de forma que haya una interacción apropiada entre los qualiay dichas estructuras.

1.5 Conciencia y quale

Como hemos analizado hasta ahora, el concepto de conciencia se presta a múltiples definiciones e interpretaciones, donde podemos vincular diversos fenómenos, como la percepción, la atención, los estados de alerta o el self, entre otros, teniendo en cuenta las definiciones y los planteos de los autores antes mencionados.  Lycan (2006) afirma que el término concienciaha sido utilizado con una amplia variedad de significados, incluso las llamadas teorías sobre la concienciapresentan una estructura intelectual muy diversa. A su vez, este autor indica que el concepto del quale presenta diversos sentidos en la literatura.

Sabemos que la conciencia estaría asociada al conocer, el conocerse vincula con procesos como la percepción y la sensación. El resultado más permanente de nuestra percepción involucra memoria y la posibilidad de trabajar con contenidos almacenados (conocimiento), lo que implica pensamiento, razonamiento, etc. A su vez, la posibilidad de percibir y qué cosas resultarán más relevantes del entorno dependerá por un lado de la activación general del sujeto (estado de vigilia o sueño), y de la atención. Todos estos procesos: percepción, atención, estado de alerta, memoria, incluso nociones como el self,supondrían una manifestación de quale. De todas formas, podemos estudiarlos de forma separada, a nivel psicológico, como también a nivel de las respectivas bases neuronales involucradas. Sin embargo, no podríamos eliminar al qualedel análisis de estos procesos, si buscamos el mayor entendimiento posible de los mismos,  ya que una experiencia subjetiva particular parecería estar incluida en todos estos fenómenos.  El quale sería otro elemento del concepto de conciencia que parece distinguirse de los procesos anteriores, pero que estaría íntimamente vinculado con estos. Resulta difícil separar la experiencia subjetiva de fenómenos como la percepción, la atención, el pensamiento, etc.

Se sugiere que existiría una ventaja adaptativa a nivel de los procesos cerebrales que subyacen a la experiencia subjetiva, pero que el qualemismo podría no ser una ventaja en sí para la organización y ejecución de las conductas (Chalmers, 1996;  Robinson, 2007; Velmans 1991). La otra alternativa, es que sea un fenómeno que tiene una ventaja adaptativa específica (Earl, 2008). De todas formas, con lo dicho anteriormente, no podríamos reducir la noción delqualea la percepción, la atención, el self, o incluso otros procesos, como el pensamiento y la memoria, parecería que el qualees un elemento ya presupuesto en todos estos procesos, y quizás esto significaría que las causas de su existencia estarían a niveles más fundamentales en el cerebro, como podría ser la propia actividad neuronal. Incluso, como veremos más adelante, algunos autores como Crick y Koch  (1992) han llegado a hacer la sugerente afirmación de que el qualeestaría asociado a ciertos tipos de neuronas pero no otras.

De esta forma, nos adentraremos ahora en este fenómeno, evaluando los aportes más significativos en el área.

  1. Sobre la naturaleza del quale.

2.1. ¿Podemos dar una descripción más detallada del concepto de quale?

Ya hemos definido el quale: la experiencia subjetiva que tenemos de las cosas, la rojez del rojo (redness of reden inglés), la experiencia privada (aparentemente) de un aroma o un sonido. Nikolinakos (2000) establece, sin embargo,  que nuestra descripción de los qualiacomo la rojez del rojo o la forma en que sabe el café puede darnos la impresión de que los qualiason entidades simples, pero son de hecho fenómenos muy complejos. Por otro lado, argumenta que nuestros juicios tienden a fallar a la hora de dar cuenta de los qualia, uno no puede conocer un qualehasta que uno no tiene la experiencia de dicho quale. Sin embargo, este autor afirma que podemos expandir nuestro vocabulario de forma que logremos caracterizar los aspectos distintivos de los qualiade una manera más exacta. Ramachandran yHirstein (1997), por ejemplo,proponen una noción bastante clara y manipulable del qualepara una indagación profunda del fenómeno, a través de un experimento mental basado en uno propuesto por Jackson (1982).Formulan la idea de un sujeto en un futuro que posee un conocimiento completo del funcionamiento cerebral, y que tiene una visión monocromática (no puede distinguir los colores), pero que sin embargo sus centros cerebrales del procesamiento del color se encuentran intactos, salvo que no tiene receptores de conos en su retina. Aunque es difícil de imaginar, los autores nos alientan a que supongamos que este es el caso. Este sujeto puede estudiar la visión de color en otros, y hacer una descripción detallada y exacta de todos los procesos que se dan desde la retina hasta los centros de procesamiento de la visión, y hasta los centros del habla que permiten que la persona diga que tal o cual color es rojo, por ejemplo. Este sujeto es incluso capaz de predecir qué color va a decir el otro sujeto analizando la frecuencia de onda que refleja el objeto percibido. Puede mostrar a otro todo el diagrama de lo que ocurre a nivel cerebral en ese sujeto para detectar un color, pero este diagrama no tiene el color, toda su explicación, deja algo fuera, la experiencia del rojo que el sujeto tiene. Así una descripción más clara del qualerepresenta aquellos aspectos del estado cerebral de un sujeto cuya descripción resulta incompleta para el punto de vista del sujeto que describe, pues deja algo fuera de esta, pero resultaría científicamente completa desde el punto de vista del sujeto que describe y que no puede ver en colores.

2.2. ¿Es el qualeverdaderamente solo una experiencia privada?

Dicha experiencia del color rojo, por ejemplo, que es ajena a la explicación del sujeto sobre todo lo que refiere a la percepción de color, el elemento que queda fuera, se ha argumentado que sería propio del sujeto e intransmisible, pertenecería al mundo privado del individuo (Nagel, 1974). Y nuestra experiencia cotidiana parece indicarnos que esto es así, que la experiencia subjetiva no es transmisible, es privada, solo uno puede dar cuenta de ella, tal como defienden autores como Crick y Koch (2003), sin embargo, y siguiendo el ejemplo anterior, RamachandranyHirstein (1997) manifiestan que si pudiésemos construir una especie de puente de conexiones neuronales entre las regiones cerebrales vinculadas con la visión de los dos sujetos, como lo sería el cuerpo calloso entre ambos hemisferios cerebrales, este problema de la privacidad del qualepodría ser superado, constatando que no es absoluta y necesariamente una experiencia privada. Recordemos que en el ejemplo anterior las regiones cerebrales vinculadas con la visión del sujeto que describe y que no puede ver en color se encuentran intactas. El caso es difícil de imaginar según los autores, pero no sería teóricamente imposible.

De acuerdo a Block (2007)el lenguaje que utilizamos para comunicarnos, lo que podríamos denominar lenguaje público, no es capaz de dar cuenta de la experiencia subjetiva, solo puede nombrarla pero no expresarla, al mismo tiempo que no confiere un grado de exactitud de la experiencia, pues uno puede designar varias experiencias diferentes con los mismos términos. Puedo indicar que algo luce como rojo, pero dicho rojo puede ser distinto para otro objeto y otra experiencia en donde uno también indica que luce como rojo.

De esta forma,la barrera que solemos acepar como insuperable parecería surgir del lenguaje, pues un sujeto puede hablar de su experiencia interna, puede decir cómo se siente, por ejemplo, pero resultaría como si una parte de la información se perdiese en la traducción que hacemos cuando utilizamos el lenguaje oral para designar nuestra experiencia, como cualquier traducción de figuras idiomáticas entre distintos idiomas, que dejan algo de lado (RamachandranyHirstein, 1997). De acuerdo a estos autores, el lenguaje no reflejaría, por ejemplo, la experiencia subjetiva del sentimiento, sin embargo, el lenguaje de los impulsos nerviosos permitiría superar esta barrera (mediante puentes de conexiones neuronales como hemos mencionamos). De esta forma, según estos autores, uno incluso podría, en teoría, experimentar qualiade otros organismos, aunque habría limitaciones sobre cómo uno podría conectar las regiones cerebrales que darían lugar a tal experiencia en otro organismo con el propio cerebro, y hacer las correspondientes correlaciones, ya que estos difieren en diversos niveles. Este aspecto resultaría contrario a la noción de Nagel (1974) sobre el problema: “¿cómo es ser un murciélago?”, para lo cual establece que nuca podremos saberlo, pero quizás sí, al menos de alguna parte de su experiencia. De acuerdo a este autor el hecho de que un organismo posea conciencia significa que existe algo que implica cómo es ser ese organismo. Preguntarse ¿cómo es ser un murciélago? es una alusión a que existe conciencia en tal organismo, y sólo existe conciencia para este autor, en la medida que haya algo que implique ser como determinado organismo. Que dichocómo, la forma en que un organismo vivencia el mundo, sea algo privado, como se argumenta generalmente, puede no ser el caso.

2.3. Las leyes de los qualia

            Ramachandran yHirstein (1997)manifiestan que los qualiapresentan tres leyes. El ser humano exhibe ciertos procesos que son irrevocables, el qualesería uno de ellos. La primera ley indica así que los qualiason irrevocables, esto es, una vez que uno ha identificado una sensación, uno no puede rechazarla, una vez que uno percibe un objeto de color azul, uno no puede verlo de otro color, por más que uno lo desee conscientemente. Sin embargo, que algo sea irrevocable a nivel cognitivo no es suficiente para que de lugar a un quale.

La segunda ley indica que los qualia, las sensaciones subjetivas que presenta un individuo, pueden ser utilizados para otros procesos. El color azul de un objeto percibido no solo es irrevocable, también implica una sensación que es utilizable en otros procesos: imaginación, reflexión, pensamiento, etc. Consideremos el ejemplo de cuando sentimos dolor físico. Si uno toca una superficie caliente, existe una inmediata retirada del brazo y la mano, la sensación de dolor surge unos segundos después, esta es irrevocable y flexible, pues permite tomar decisiones al respecto, como lavarse con agua fría.

La tercera ley del qualeestablece que este debe existir por un tiempo suficiente como para que los procesos ejecutivos puedan trabajar con el mismo. Esto implicaría un mecanismo de memoria. Si el dolor que produce tocar una superficie caliente no tuviese permanencia mediante un mecanismo de memoria, no podríamos hablar de que existe quale, de acuerdo a estos autores. Tener en cuenta estas tres leyes del qualenos ayudará a entender las posibles bases neuronales de este fenómeno.

2.4. ¿Puede ser el fenómeno del qualeestudiado desde la neurobiología?

Según Blackmore (2005), el aspecto crucial del problema de la conciencia es cómo una experiencia subjetiva mental puede reducirse a la dimensión material del funcionamiento cerebral. Los interrogantes acerca de qué es una sustancia, qué es lo que constituye aquello que llamamos realidad, qué es la mente, cómo se relaciona esta con la materia, o si existen entidades inmateriales o de una naturaleza subjetiva, representan un debate que ha existido por mucho tiempo y sigue siendo centro de una variada discusión filosófica y científica. Podemos considerar a pensadores como Aristóteles (Barnes, 2000) que hace planteos sobre estos aspectos, o Descartes (Sorell, 2000) con sus aportes sobre el dualismo, como también a Hobbes respecto a su visión materialista y mecanicista de la realidad (Hobbes, 2009), o podemos considerar a autores más recientes como Searle (1980) o Dennett (1995). Algunos autores, como hemos mencionado, han opinado que el qualeno puede reducirse (Chalmers, 1996; Robinson, 1982), que conforma una dimensión aparte. Sin embargo, debemos tener en cuenta el hecho de que las representaciones que el cerebro genera de las cosas resultan cruciales para la experiencia consciente. Si las regiones corticales que representan determinado aspecto de la visión, por ejemplo, fuesen dañadas, uno podría perder ciertas características de la experiencia consciente, esto es, no habría un quale asociado a la percepción de un color, por ejemplo, aun manteniéndose intactos otros aspectos relevantes de la visión. Es lo que ocurre en casos como la prosopagnosia (pérdida del reconocimiento facial), acromatopsia (pérdida de la visión en colores), o akinetopsia (pérdida de la percepción de movimiento), donde no hay una experiencia subjetiva asociadade colores o movimiento (Crick y Koch, 2003).Debemos considerar que existe algún punto de causalidad entre estos dos aspectos: el daño cerebral y sus consecuencias a nivel de la experiencia consciente. Pero de acuerdo a estos últimos autores, que exista una representación en términos neuronales de algún aspecto sensorial no sería condición suficiente para que de lugar a una experiencia consciente.

Existe una posición filosófica denominada materialismo o fisicalismo que establece que las entidades que conforman lo que denominamos realidad son materia o energía (Popper y Eccles, 1980). En este sentido el qualetendría que referir a materia o energía. Stone (2010) plantea que el qualeno sería reducible a una descripción física, si consideramos, como en el ejemplo antes mencionado de Ramachandran yHirstein (1997), que el sujeto que no ve en colores pero que estudia la percepción de color en otro sujeto, no presenta la experiencia de rojo, aun teniendo aparentemente una descripción completa de todos los hechos físicos involucrados en la percepción de rojo. Agrega que si todos los hechos físicos son conocidos para la persona, pero la experiencia de rojo permanece fuera de su conocimiento, la posición del fisicalismo sería incorrecta. Esto nos habla de una brechao vacío en la explicaciónque se tiene de la percepción del rojo (explanatory gap en inglés), que refiere de acuerdo a Levine (1983) a la dificultad que existe para dar cuenta de la experiencia subjetiva del color rojo, el quale, en base a ciertos hechos físicos. Existen diferentes posturas sobre lo que significa este vacíoo brecha en la explicación. Chalmers (1996) sugiere que las sensaciones tienen cualidades no reducibles, subjetivas y no físicas. Otros autores sugieren que este vacío no tiene por qué alejarnos de una explicación fisicalista de las sensaciones (Searle, 1992). Algunos autores como Nagel (1974) plantean que los qualia podrían resultar ser entidades físicas, pero que por el momento carecemos del conocimiento que nos lleve a esta conclusión.  Gustafson (1998), por otro lado, cuestiona la existencia de los qualia, lo cual pone en duda la noción de que existe un vacíoo brechaen la explicación. Este autor toma como ejemplo el caso del dolor, y cuestiona la existencia de dicho qualeen base a un análisis de la historia de la concepción del dolor, de la evidencia dentro de la psicología del dolor, como también de la evidencia de los sistemas neuro-fisiológicos del dolor, entre otros factores.

Existe una posición dualista, como podemos encontrar en Descartes (Sorell, 2000), que establece que las entidades que conforman lo que denominamos realidad no solo refieren a materia y energía, sino también a entidades espirituales o mentales. El quale, podría caer dentro de esta categoría. Uno de los ejemplos clásicos de considerar el fenómeno de la conciencia como algo no material se encuentra en el dualismo cartesiano(Sorell, 2000). Para Descartes, la conciencia ocurre gracias a la existencia de un alma que percibe representaciones del mundo en la glándula pituitaria. De acuerdo a Dennett (1995),  a pesar de que este tipo de posición dualista ha sido rechazada por la mayoría de los estudiosos del cerebro y la cognición de hoy en día, todavía quedan remanentes de esta postura en muchos modelos que se plantean actualmente sobre la conciencia. En el dualismo cartesiano se considera que existe un lugar (en este caso inmaterial: el alma) donde se da la conciencia, un lugar donde todas las representaciones del mundo convergen (imágenes, sonidos, etc.). Dennett (1995) indica que todavía se retiene la creencia entre los teóricos modernos de que la conciencia refiere a un lugar en particular donde todo se junta, con la diferencia de que este lugar es ahora material, alguna región del cerebro quizás, donde la información de las distintas modalidades sensoriales converge, y donde el orden de llegada de dicha información, es el orden en el que se experimentan conscientemente las imágenes, sonidos, emociones, etc. A esto Dennett (1995) lo denomina materialismo cartesiano. Sin embargo, de acuerdo a este autor, no parecería existir un centro en el cerebro hacia donde todas las proyecciones sensoriales se dirigen, y que allí ocurriese la conciencia. Agrega también que la información es procesada de forma paralela y distribuida por diversas regiones cerebrales.

Dennett (1995) plantea la imagen del teatro cartesiano como crítica a esta idea de que existe un lugar en el cerebro donde se da la conciencia. Según la metáfora del teatro cartesiano, es como si existiera un homúnculo, otro sujeto, dentro del cerebro de uno, que percibe las imágenes, sonidos y demás sensaciones que se presentan ante este. Pero si afirmamos que existe tal homúnculo que percibe lo que capta el cerebro del sujeto, no hay algo que nos diga que esto tiene que terminar aquí, pues podemos adjudicar la existencia de otro homúnculo dentro del primero que se encarga ahora de percibir lo que el primer homúnculo percibe, y así infinitamente. Esto es conocido como la falacia del homúnculo (Reed, 2012).En este sentido, al generar una explicación de la conciencia en términos materiales, recurriendo a lo que sucede en el cerebro, se debe tener en cuenta estos planteos anteriores, pues si bien no se llegue a sugerir la existencia de entidades inmateriales, un modelo material no está exento de explicaciones poco fundamentadas.

Por otro lado, de acuerdo Cunningham (2001), se han clasificado a las propiedades de las entidades que constituyen la que llamamos realidad en dos tipos, externas o internas, de acuerdo a si dependen de la entidad misma o de variables externas a la misma. En el mismo sentido se ha considerado a losqualiatanto como propiedades internas de los organismos como externas. Se considera al qualecomo una propiedad interna si su manifestación depende del propio organismo. Se considera al qualecomo una propiedad externa si este depende de factores externos al organismo. Por otro lado, de acuerdo a este autor, las propiedades de un objeto, pueden estar determinadas por sus componentes, como en el caso de la exactitud de un reloj, que depende de los componentes mecánicos que posee y su funcionamiento. Por otro lado, se habla de objetos o entidades que son propiedades en sí mismas y no dependen de que sus componentes las determinen, por alguna razón los componentes fallan en determinar la propiedad del objeto como un todo. Este último caso refiere a lo que se llama una propiedad simple que es ontológica. De esta forma, de acuerdo a las posturas que reducen el qualeal funcionamiento de nuestra neurobiología, este sería una propiedad que depende de los componentes que constituyen el sistema nervioso, otros establecen que el qualesería una propiedad básica, ontológica, que no hay partes que la determinen (Cunningham, 2001).

Las propiedades que dependen de los componentes de una entidad tienen dos variantes: aquellas que dependen de las propiedades internas propias de los componentes de tal entidad, y aquellas que dependen de las propiedades externas de los componentes de tal entidad. En este sentido, los qualiapodrían ser clasificados como entidades determinadas por las propiedades internas de sus componentes a nivel del sistema que los gesta, o como aquellas entidades determinadas únicamente por la organización, esto eso, por las propiedades externas de sus componentes a nivel del sistema que los gesta (Cunningham, 2001).

Muchos pensadores han argumentado que los qualiapertenecen a una categoría diferente, subjetiva, interna, no directamente reducible al ámbito de lo físico(Chalmers, 1996; Robinson, 1982), y que por lo tanto, todo intento de reducir su existencia al funcionamiento cerebral, material y físico, resultará ser erróneo. Cunningham (2001) sin embargo, piensa que es posible reducir el qualeal cerebro sin que este pierda sus cualidades subjetivas, propias de lo que se denomina “mental”. Este autor sostiene que los modelos conexionistas de los procesos cognitivos, que son explicables en términos del funcionamiento de componentes físicos, poseen propiedades que se asemejarían a aquellas atribuidas a los qualia, lo cual lo lleva a pensar no solo que los qualiason intrínsecos y subjetivos, sino que también pueden ser reducidos al funcionamiento cerebral. Lo que sucedería, de acuerdo a este autor, es que el qualeaparentaría ser una propiedad del tipo básico, ontológico, ya que resulta difícil dar cuenta de la relación que existiría entre este y las propiedades, por ejemplo, de los componentes del sistema nervioso, pero que eso no significa que el funcionamiento del cerebro no pueda estar detrás de la manifestación de qualia. Considerando a los qualiacomo propiedades básicas, ontológicas, no dependientes de otras entidades o componentes, existen modelos conexionistas de procesos cognitivos que implican propiedades similares y que pueden ser explicados por las propiedades de sus componentes. Podría decirse, como establece Cunningham (2001), que las relaciones entre el nivel sistémico de una propiedad y el nivel de los componentes y sus propiedades permanecen epistemológicamente invisibles, aunque no necesariamente inexistentes. De esta forma, los qualiapodrían aparentar ser propiedades simples, ontológicas, pero que de hecho son propiedades gestadas por la actividad del sistema nervioso, aunque la relación sea difusa y difícil de apreciar.

Bradley (2011), por otro lado, argumenta que el qualedebe ser causalmente eficiente, esto es, que debe existir algo que lo produzca, no ser meramente una entidad que está más allá de cualquier conexión con otras entidades. Este autor propone que la existencia de elementos como los qualiasin una conexión con algún otro elemento que los geste o los de a lugar, es un estado altamente improbable, no se explica cómo el qualees posible, por lo que la posición resulta deficiente en proveer un verdadero argumento de por qué el qualetendría que ser algo que está fuera de una explicación según el funcionamiento cerebral, por ejemplo, o fuera de ser un producto adaptativo de la evolución.

De todas formas, en cualquier discusión de las bases físicas de la conciencia fenomenológica, el quale, tiene que dejar por entendido que existe un abismo en lo que respecta a la explicación de la conciencia fenomenológica, puesto que nada de lo que conocemos en este momento o se ha podido hipotetizar, nos da un entendimiento claro de por qué las bases neuronales de la experiencia del verde, por ejemplo, serían las bases neuronales de esa experiencia en oposición a otra o a ninguna experiencia. La experiencia del verde es subjetiva, mientras que los estados cerebrales de esa experiencia son objetivos, y no comprendemos cómo un estado subjetivo podría ser un estado objetivo o cómo un estado subjetivo podría estar basado en un estado objetivo. El llamado problema difíciltiene diversos aspectos relevantes, por un lado no vemos un esbozo de solución del mismo, al mismo tiempo no tenemos un argumento que nos diga que no habrá solución en el futuro o que alguien pueda dar cuenta de una solución, y reconocer estos aspectos no requiere de una teoría especial sobre la conciencia, podemos darnos cuenta de los mismos sin marcos teóricos especiales (Block, 2009).  De acuerdo a este autor, todas las explicaciones científicas tendrían que acordar en que la conciencia está basada en algún grado en el cerebro, una vez aceptado este punto, el problema surge por cómo y por qué las bases cerebrales dan lugar a tales experiencias subjetivas.

  1. Aportes desde la neurobiología al concepto del quale 

3.1. ¿Qué pueden decirnos ciertos trastornos y procesos cerebrales sobre el fenómeno del quale y sus posibles causas?

¿Representa el qualealgún tipo particular de procesamiento de información? ¿Representa algún centro o región en el cerebro? ¿O quizás algún tipo particular de neuronas que están asociadas a este fenómeno?

Considerando los aportes de Edelman et al. (2011), se plantea que la actividad neuronal de re-entrada en el sistema talámico-cortical da lugar a la experiencia consciente, lo que los autores denominan núcleo dinámico. El enfoque en un determinado aspecto de la experiencia consciente vendría a representar un momento particular de la actividad general del núcleo dinámico. Estos autores plantean evidencia que demuestra como lesiones específicas en áreas como el núcleo talámico intralaminar, que proyecta axones ampliamente hacia todas las regiones corticales, producen una pérdida permanente de conciencia. Por otro lado plantean la hipótesis del espacio global de trabajo, complementaria a la noción anterior, que se vincularía con la conciencia limitada, acotada al momento, como en la memoria de trabajo. De acuerdo a Baars (1997), el espacio global de trabajo refiere a un evento experimentado subjetivamente, que forma parte de la memoria de trabajo.

Edelman et al. (2011) integran las hipótesis anteriores con el problema del quale. Estos plantean que los qualiaocurren en cada individuo como resultado de discriminaciones integradas en la actividad del núcleo dinámico, por ejemplo: rojo no es verde o verde no es aroma.

Por otro lado,existen determinados fenómenos que pueden darnos cierta luz sobre los aspectos del sistema nervioso que estarían en juego en el fenómeno del quale. Uno de ellos, es el del punto ciego, correspondiente al disco óptico, punto donde el nervio óptico sale del globo ocular. Se observa que este punto no se ve como una especie de espacio negro, sino que es rellenadocon la misma textura que el trasfondo de lo que vemos. Uno no deduce la continuidad de la imagen, sino que uno experimenta un qualehomogéneo que no deja espacios omitidos. Ramachandran yHirstein (1997) concluyen que de hecho existequaleasociado al punto ciego. Existe una región en el cortex cerebral correspondiente a cada punto ciego de cada ojo que recibe input del otro ojo, como también de regiones que rodean el punto ciego en el mismo ojo. De esta forma, uno tiene en efecto estímulos visuales surgiendo de una región del campo visual donde no existe estímulo visual. En este sentido, un fenómeno similar que estos autores destacan es el de la sinestesia, donde las sensaciones producidas por una modalidad sensorial específica evocan sensaciones de otras modalidades (donde tales sensaciones no refieren a objetos físicos verdaderamente presentes), produciendo qualiavívidos para las mismas.

Estos autores consideran que este rellenadode un punto que no implica estímulo visual es un ejemplo del modo coherente general del funcionamiento de la conciencia, donde los sistemas de percepción funcionan de modo que se generan representaciones que puedan interactuar apropiadamente con las estructuras límbicas-ejecutivas.

Consideremos otro fenómeno, el del blindsight o ceguera cortical. Se ha reportado que pacientes con ceguera cortical pueden, por ejemplo, rotar correctamente un sobre y colocarlo en un buzón determinado que se encuentra en posición vertical u horizontal, aunque no pueden percibir conscientemente la orientación del buzón. Sin embargo, si las luces de la habitación son apagadas justo antes de colocar el sobre en el buzón, la persona ya no puede hacerlo (Milner y Goodale, 1995). De acuerdo a Weiskrantz (1986), el fenómeno del blindsightrefiere a la condición en la cual determinados sujetos son capaces de discriminar cierta información visual pero sin ser conscientes de lo que están observando, donde no hay conciencia al respecto (awareness). Weiskrantz (2009) plantea la interrogante de si el fenómeno del blindsightno representa, de hecho, una forma degradada de funcionamiento normal de la visión. Afirma, sin embargo, que aún una visión normal degradada difiere cualitativamente del tipo de visión en el caso del blindsight. Se ha sugerido en base a este fenómeno, que existen vías visuales independientes (Goodale y Milner, 1992).El término agnosopsiafue acuñado por Zeki y Ffytche (1998) para referirse a una capacidad de discriminación sin conciencia. Estos autores plantean que la habilidad para discriminar visualmente objetos y la capacidad de tener conciencia de los mismos están muy integradas en sujetos normales, pero que ciertas lesiones pueden llegar a separar ambas capacidades.

Otra condición que parece brindar soporte a la idea de vías visuales independientes es la del fenómeno de Riddoch(Riddochphenomenonen inglés). Esta condición se presentaría en sujetos con daños a nivel del lóbulo occipital,  los cuales presentarían porciones ciegas en su campo visual. A pesar de ello, los sujetos con esta condición pueden captar objetos en movimiento dentro de su campo ciego, pero no aquellos que permanecen estáticos (Riddoch, 1917).

De acuerdo a Ramachandran yHirstein (1997), el ejemplo anterior de los pacientes con blindsight que pueden rotar un sobre y colocarlo en un buzón, sugeriría que la vía dorsal del sistema visual que discierne la orientación y afecta el movimiento del brazo no presenta qualey memoria, es la vía ventral del sistema visual que presenta estas características. Recordemos que la segunda y la tercera ley del qualede la que hablan Ramachandran yHirstein (1997) indican que la experiencia subjetiva tiene varios canales de salida, es manipulable, es decir, puede ser utilizada para procesos como la imaginación o la reflexión, y que presenta además cierta permanencia, donde entra en juego la memoria. Estos dos elementos serían constitutivos de la noción del quale. Sería esperable por estas razones que la actividad que se genera en la vía dorsal no tenga una experiencia subjetiva asociada, pues no está relacionada con funciones ejecutivas complejas, como el razonamiento, y no hay memoria, sino un procesamiento continuo en tiempo real en un margen mínimo de tiempo.

Para RamachandranyHirstein (1997) que la experiencia subjetiva sea manipulable, que pueda utilizarse en otros procesos, se vincula con la capacidad del sujeto de tomar decisiones, de elegir entre alternativas y planificar la conducta. Si uno no puede reflexionar en base a cierta experiencia, uno no podría tomar decisiones y planificar su conducta. De esta forma, para estos autores, el qualetiene una ventaja pues permite la elección y planificación de la conducta, aquella actividad neuronal que no tiene qualeasociado, como la que se genera en la vía dorsal del sistema visual, no contribuye a la toma de decisiones y la planificación de la conducta.

En el caso de los pacientes antes mencionados, supondríamos que si se les diese una elección, estos no podrían llevarla a cabo, por ejemplo, si la persona tuviese que escoger poner el sobre en uno de dos buzones distintos. Retomando a Crick y Koch (1992), esto podría considerarse consistente con la visión de estos autores, sobre que las neuronas que proyectan a los lóbulos frontales son las neuronas de qualia, pues los lóbulos frontales estarían altamente involucrados en funciones como el razonamiento, la ejecución de elecciones y la planificación de la conducta en el largo plazo (Kolb y Whishaw, 2006).Sin embargo, Ramachandran y Hirstein (1997) consideran que la elección no está estrictamente vinculada a los lóbulos frontales, y que de hecho implica un sistema ejecutivo límbico, que incluiría la amígdala, la corteza anterior cingulada, y otras áreas, y los lóbulos frontales son necesarios sólo para el trabajo con alternativas a largo plazo.  De esta forma, debemos tener en cuenta que dichas estructuras cerebrales pueden tener un papel relevante en el fenómeno del quale

 Por otro lado, según Block (1995) podría existir un sistema en el cerebro de conciencia fenomenológica que tiene conexión al sistema ejecutivo y que cuando un módulo particular de procesamiento de información pierde sus conexiones con el sistema de conciencia fenomenológica, se produce una ceguera cortical, una prosopagnosia, etc. Estos módulos particulares de procesamiento pueden tener conexiones directas a nuestros sistemas de respuesta, por lo que un sujeto con prosopagnosia puede correctamente decir a quien pertenece un rostro, o un sujeto con ceguera cortical ve una línea horizontal o vertical y puede decirlo, aunque ambos no experimenten conciencia fenomenológica. Este autor formula la noción de conciencia de acceso (access consciousness), en contraste con la conciencia fenomenológica, para indicar un estado de representaciones que permiten un control de la acción y el discurso. Uno podría tener este tipo de conciencia pero carecer de la dimensión fenomenológica.          

Crick y Koch  (2003)consideran, en coincidencia con Ramachandran yHirstein (1997), que el aspecto inconsciente de la actividad cerebral refiere a inputssensoriales rápidos, pasajeros y estereotipados, que no presentan mayor permanencia y posibilidades de uso, lo que Crick y Koch (2003) mencionan como modoszombies. La conciencia para estos últimos autores es requerida en el sentido de que su ausencia tendría que implicar una multitud de modos zombies, es razonable considerar que evolutivamente resulta más eficiente y beneficioso poseer ciertos modos zombiespara eventos que requieren de respuestas rápidas, en conjunto con un sistema más lento, que habilite el pensamiento y la planificación de conductas más complejas. Para estos autores, la vía dorsal en el sistema visual representa el modo zombiede este proceso.

Existe mucho debate, sin embrago, respecto a si el cerebro presenta realmente vías visuales independientes entre sí. Se critica, por ejemplo, si existe una verdadera separación entre la vía dorsal y ventral del sistema visual en el caso del blindsight.De acuerdo a Himmelbach y Karnath (2005), se ha demostrado, en base al trabajo con  pacientes con ataxia óptica que han sufrido daños a nivel de la vía dorsal, que la percepción visual basada en la vía ventral contribuye al procesamiento visuo-motor en la medida que los movimientos dependen de posiciones recordadas. De acuerdo a estos autores, si bien se ha considerado que la función del movimiento orientado a un objetivo recae en la vía dorsal, lo anterior parece sugerir que la vía ventral también podría estar involucrada en tal función. Los autores antes mencionados, Zeki y Ffytche (1998), hablan de que la discriminación visual y la conciencia estarían separadas bajo cierta lesión, pero solo moderadamente. Schenk y McIntosh (2010) revisan la evidencia a favor de la separación entre las vías ventral y dorsal, y concluyen que los contrastes establecidos entre las supuestas funciones de ambas vías ha sido o bien refutados o la evidencia que apoya tales contrastes es limitada.Por otro lado, Marcel (1998) plantea que los aspectos que refieren a la forma, en el procesamiento visual, son percibidos de mejor manera a como se pensaba en los casos de pacientes con blidsight. Según este autor, la pérdida de conciencia visual en el campo ciego en tales casos no es total. Deberíamos ser precavidos, en consecuencia, respecto a las conclusiones que podemos sugerir de fenómenos como el blidsight.

Por otro lado, pensar en el qualecomo un fenómeno neurobiológico nos hace considerar inevitablemente su utilidad desde un punto de vista evolutivo, y que este fenómeno implique ser el resultado de la selección natural. ¿Pero supone el qualeverdaderamente una ventaja, pues involucra, por ejemplo, representaciones capaces de ser utilizadas en otros procesos y relativamente permanentes en la memoria, como para garantizar la elección y planificación de la conducta según ciertas alternativas? ¿O la ventaja está acaso en los procesos que subyacen al qualepero este es tan solo un resultado secundario? Analizaremos está cuestión en última instancia.

Siguiendo a Ramachandran y Hirstein (1997) para que exista experiencia subjetiva, cuando percibimos algo, por ejemplo, la representación de lo percibido tendría que implicar potencialmente infinitas ramificaciones en cuanto al uso de tal información, pero al mismo tiempo tendría que tener una representación finita, estable e irrevocable como punto de partida. Si la representación inicial de nuestra percepción fuese confusa, difusa o no clara, el qualeno será vívido en la misma medida, según mencionan los autores. Estos relacionan este hecho con lo que ocurre, por ejemplo, con la imaginación, ellos indican que esta no implica una representación clara, nítida, igual que la que tendríamos si observásemos algo directamente en la realidad. Si imaginamos un animal frente a nosotros parece como si el qualefuese más difuso y débil que el obtenido si de hecho estuviésemos observando un animal. Según estos autores, parecería que este hecho referido al qualeestaría directamente relacionado con nuestra supervivencia, ya que si la imaginación y la percepción tuviesen qualiasemejantes asociados, el sujeto no sobreviviría por mucho tiempo. Consideremos si una persona cree estar imaginando un depredador cuando de hecho hay uno. El sujeto no consideraría un curso de acción destinado a resguardarse de una amenaza real, y su vida estaría en peligro. La llamada nitidez e irrevocabilidad del qualeen la percepción es necesaria para eliminar la duda y dar certeza a las decisiones que uno lleva a cabo, dudar constantemente sobre si algo es rojo o azul, si existe un animal salvaje frente a nosotros o no, sería peligroso para nuestra supervivencia (Ramachandran y Hirstein, 1997). Esto nos haría pensar de nuevo en la relación entre el qualey su desarrollo en el hombre como guiado por la selección natural, en otras palabras, que las llamadas características del qualeobedecen a hechos directamente relacionados con nuestra supervivencia, pero de nuevo, ¿cabe considerar las propiedades y supuestas ventajas adaptativas del qualefruto directo de la selección natural, o la ventaja está en otros procesos y actividad subyacentes al quale?

Otras preguntastambién surgen: ¿es toda la experiencia consciente relevante para la supervivencia? Sabemos que no es así, recordemos los modos zombies, donde existen respuestas y conductas estereotipadas, automáticas, y donde la información sensorial se manifiesta en un plano inconsciente. Estos modos zombiesson esenciales para la supervivencia de la mayoría de los organismos. Pero la supervivencia del ser humano trasciende el momento inmediato, los seres humanos actúan según alternativas, considerando las consecuencias en el largo plazo. Y como remarcanCrick y Koch (2003), una multitud de modos zombiespara tales capacidades sería ineficiente, que la conducta de los sujetos se maneje en un plano meramente inconsciente no sería suficiente.

La distinción que un sujeto puede hacer, como hemos mencionado, entre un objeto imaginado y un objeto percibido, puede verse afectada, como proponen Ramachandran y Hirstein (1997), en diferentes casos, entre ellos, en los sujetos que presentan el síndrome de Charles Bonnet, donde poseen daño a nivel de la retina, el nervio óptico o incluso el área 17 del lóbulo occipital, y mantienen una ceguera en una gran porción del campo visual o incluso en todo el campo visual. Lo llamativo de este síndrome es que el sujeto experimenta alucinaciones vívidas de objetos o animales, por ejemplo, que pueden estar incluso confinadas específicamente a dichas porciones ciegas del campo visual. Estos autores sugieren que dichas alucinaciones provienen de las masivas proyecciones que existen desde las regiones corticales superiores hacia las áreas visuales. Así cuando uno imagina un objeto, existe cierta actividad en el lóbulo temporal, por ejemplo, donde se almacena el recuerdo del mismo, pero también en el área 17 antes mencionada por las proyecciones de tales regiones corticales hacia las regiones visuales. Cuando una persona imagina un objeto, sin embargo, esta no lo alucina, a diferencia del sujeto con el síndrome de Charles Bonnet, probablemente por la actividad que se genera en la retina mientras el sujeto percibe su entorno durante el acto de imaginar, que provee una señal, podría decirse, nula, indicando a los centros superiores del cerebro que tal objeto no está de hecho allí, previniendo la alucinación del mismo.

En el caso del síndrome de Charles Bonnet, este inputvisual estaría ausente, por lo que las imágenes internas generadas que se proyectan hacia las regiones visuales asumen un alto grado de nitidez y claridad. Esto nos muestra que bajo condiciones anormales, imágenes almacenadas en nuestra memoria pueden implicar un qualesimilar al dado por la percepción (Ramachandran y Hirstein, 1997). Aquí vemos que existirían ciertos mecanismos cerebrales que determinarían a que llamamos qualede un objeto percibido o de un recuerdo, o algo que imaginamos, y si de hecho llamamos a un recuerdo o una imagen almacenada en la memoria, algo que percibimos, y no que recordamos o imaginamos. 

Un caso similares el que ocurre con los miembros fantasma, donde existe qualiapara un miembro que ya no existe, donde un sujeto percibe o mantiene la sensación de un brazo o una pierna cuando ha sido amputada, fenómeno en el cual la persona incluso puede tener la sensación de mover dicho miembro. A veces el miembro fantasma queda fijado por así decirlo y la ilusión de movimiento no se manifiesta. En estos casos se utiliza un espejo junto al miembro no amputado, donde al mover el miembro real, provoca la sensación de que el mimbro fantasma se mueve, lo que resulta en una forma particular de sinestesia. Esto no ocurre en sujetos normales, de nuevo, probablemente, por el inputsensorial que un sujeto normal tiene, y que se estaría ausente en los casos anteriores descriptos (Ramachandran y Hirstein, 1997). Algo similar ocurriría de acuerdo a estos autores en casos como la esquizofrenia, y otros estados delirantes, o la anosognocia (donde el sujeto niega su problema o enfermedad, en el sentido de desconocimiento, no en el sentido psicológico de negación). En estos casos también, el inputsensorial fallaría dadas ciertas alteraciones neurológicas, produciendo alteraciones en el sistema de creencias del sujeto, o alucinaciones propiamente dichas, esto refiere a qualiagenerados desprovistos de su contacto con una base en la realidad externa al sujeto. Estos autores dejan en claro por lo tanto, la distinción entre los qualiade creencias y los qualiabasados en la realidad perceptible. Los primeros dependen de la memoria y la información almacenada en el sujeto, y los autores indican que son débiles y difusos, a diferencia de aquellos que implican sensaciones, sin embargo, los primeros pueden trasformarse y manifestarse como si fueran segundos, tal como se ejemplifica en los casos anteriores. Estos aspectos nos hacen pensar nuevamente respecto a las posibles cualidades adaptativas de los qualia. Aquellos que refieren a objetos percibidos deben ser distinguibles de otros qualia, como aquellos asociados a recuerdos o al acto de imaginar,  pues resultaría una amenaza a la supervivencia si consideramos como reales objetos o animales, por ejemplo, que no se encuentran en nuestro entorno y que forman parte de hecho de nuestros contenidos almacenados en la memoria, aunque esto puede verse afectado como en los casos antes mencionados, dadas ciertas alteraciones a nivel cerebral.

Aplicando los criterios o tres leyes de qualia (Ramachandran y Hirstein, 1997), uno puede determinar si un sujeto en un momento dado u otro organismo posee conciencia, de tenerla sería necesario cierta permanencia (que implicaría los circuitos de la memoria a corto plazo) de la información manejada, que sea irrevocable, y que pueda ser utilizada para realizar ciertas integraciones, decisiones, etc, o sea, que haya más de una salida o outputpara tal información (que podría implicar las regiones cerebrales vinculadas a los procesos ejecutivos).

Recordemos que Crick y Koch (1992)establecen que el locus neuronal de los qualiaimplica un grupo de neuronas en las capas inferiores de la corteza de las áreas sensoriales primarias, puesto que estas proyectan a los lóbulos frontales. Destacando la relevancia de los lóbulos frontales en el fenómeno del quale, Northoff (2003), por ejemplo, plantea que el carácter cualitativo, fenomenológico, de los qualia, podría estar relacionado con una activación temprana en el cortex prefrontal ventromedial. A su vez, indica que la coactivación en el cortex prefrontal ventromedial y el hipocampo, y la desactivación en el cortex prefrontal ventrolateral y el cortex cingulado posterior, podría dar cuenta de la experiencia de presencia en los qualia. Esto refiere, según el autor, a la idea de que algo como la dulzura del chocolate se experimenta como carente de tiempo, esto es, consideramos que tal dulzurasiempre ha estado allí, que no va a cambiar y que permanecerá para siempre como una propiedad del chocolate. Por otro lado, Northoff (2003) menciona que la homogeneidad no estructural, esto es, la apariencia de homogeneidad de los eventos en las experiencias (como la sensación de dulzuradel chocolate, que se experimenta como un todo, no diferenciable en partes), puede estar dada por el carácter polimodal del cortex prefrontal ventromedial, ya que dicha región cerebral recibe por ejemplo, aferencias de áreas sensoriales primarias, como también de regiones subcorticales relacionadas con emociones. De acuerdo a este autor, los estímulos heterogéneos podrían integrarse así en un evento homogéneo. A su vez, también habría una transparenciade los qualia, esto es, la noción de que cuando experimentamos la dulzuradel chocolate, este aparece como parte del mundo, tenemos la sensación de un contacto directo con este, una sensación de totalidad, experimentamos dulzuray chocolate como un todo, y estamos seguros de eso. Esto estaría relacionado con la supresión recíproca entre el cortex prefrontal ventromedial y ventrolateral (Northoff, 2003).

Ramachandran y Hirstein (1997) vienen a decirnos que a diferencia de lo que muchos consideran respecto a la importancia de los lóbulos frontales en la conciencia, el qualeestaría basado en gran medida, a nivel anatómico, en las estructuras vinculadas con los lóbulos temporales, teniendo en cuenta que el qualeno parece estar asociado a los estadios iniciales del procesamiento sensorial, donde no existen muchas posibilidades o outputspara la información, aunque tampoco parece estar asociado a las etapas finales del procesamiento perceptivo y la planificación del la conducta. Para estos autores el qualeestaría asociado a los puntos intermedios de procesamiento, siendo los lóbulos temporales la interfase entre la percepción y la acción. Resulta importante considerar que las lesiones que más provocan alternaciones en la conciencia son aquellas localizadas en los lóbulos temporales, o que la estimulación eléctrica dada en los lóbulos temporales son las más probables de dar lugar a qualia (Ramachandran yHirstein, 1997). Estos autores indican que las características generales que se asocian a las nociones de conciencia o awareness, tienen algún correlato en pacientes con daños en los lóbulos temporales, estos llegan a tener alucinaciones vívidas de colores, olores, dolor, etc, también se da la presencia de significado emocional y valores que se transfieren a eventos u objetos, alteraciones a nivel de la conciencia corporal, como experiencias de dejar el propio cuerpo, pueden presentar también convicciones absolutas de verdades o falsedades, alteraciones en la noción de identidad o self, también puede darse una pérdida del libre albedrío, en el sentido de que la persona es incapaz de mover un brazo según sus deseos, por ejemplo. Al mismo tiempo se pueden generar pérdidas del contacto con la realidad, estados de trance, etc.

Al mismo tiempo, los lóbulos temporales, tal como indican estos autores, están involucrados en los procesos semánticos, lo cual conlleva que la actividad en tales lóbulos, principalmente el del hemisferio izquierdo, está vinculada con la capacidad de captar todas las implicancias de un pensamiento, o un objeto percibido, lo cual sería de acuerdo a Ramachandran y Hirstein (1997) un factor clave para la generación de conciencia. En este sentido, de acuerdo a Berta (2011), los qualiay sus propiedades dependerían de las capacidades cognitivas dadas por nuestras facultades lingüísticas. Esto lo sugiere tras considerar que el lenguaje permite crear una dimensión simbólica donde el ambiente está representado, de forma que en ausencia del estímulo sensorial correspondiente, podemos tener una experiencia fenomenológica, un qualedistintivo, por la mera mención de una palabra que refiera a tal estímulo. Una interrogante interesante que este planteo nos sugiere y que puede ser un camino prometedor de investigación a futuro sobre el quale, es qué ocurre en el cerebro cuando se experimenta un qualeen ausencia del estímulo sensorial, por su simple evocación, y cuando se experimenta el qualecon el estímulo correspondiente. ¿Qué diferencia encontraríamos entre ambos estados? Esto podría darnos luz sobre la naturaleza del fenómeno con su correlato cerebral.

Por otro lado, de acuerdo a Crick y Koch  (2003), el correlato neuronal de la conciencia implica un conjunto mínimo de eventos que dan lugar a un aspecto de la conciencia. Esto también puede representar un camino de investigación en el futuro sobre el fenómeno del quale, entender cuál es la actividad mínima cerebral, o los eventos cerebrales mínimos requeridos para que haya una manifestación de quale.

3.2. Sobre una experiencia consciente integrada

Un aspecto central del estudio de la conciencia refiere a la noción según la cual la experiencia subjetiva que tenemos parece ser un todo integrado, donde el qualeque refiere a un color, por ejemplo, se percibe circunscripto a una forma en particular. El problema de cómo se genera tal experiencia integrada, qué tipo de mecanismos subyacen a esta integración o son responsables de la misma, es lo que se denomina en inglés the binding problem (Revonsuo, 1999). De acuerdo a Lopez y Blanke (2007), por ejemplo, una integración coherente de información sensorial y motora con respecto a las referencias del cuerpo es necesaria  para un procesamiento preciso del propio cuerpo, el selfy la autoconciencia. De acuerdo a Edelman et al. (2011), por otro lado, se plantea que conexiones masivas, paralelas, recíprocas y de largo alcance entre distintas regiones cerebrales proveen de la coordinación dinámica espacio-temporal en los circuitos de grupos neuronales que sería necesaria para un comportamiento consciente, integrado y adaptativo.

Para Revonsuo (1999), en el sentido más amplio, la integración o binding, refiere a la capacidad del cerebro de generar representaciones coherentes e integradas del mundo y secuencias funcionales y armoniosas de comportamiento. Para este autor, este tipo de integración puede darse a un nivel fenomenológico (a nivel de la conciencia, de las experiencias subjetivas), a nivel de los mecanismos neuronales y a nivel de los mecanismos cognitivos.

La integración o binding, al menos a nivel fenomenológico, no sería de un solo tipo, podríamos considerar varias formas. Treisman (1996) por ejemplo, menciona la integración de las características de un objeto como un tipo particular de binding (property binding), teniendo en cuenta que la forma de un objeto pueda estar determinada por distintos factores. A su vez, un objeto puede estar constituido también por distintas partes. Se denominaría part bindingal tipo de integración que hace que las partes de un objeto se combinen de forma correcta (Treisman, 1996). Otro tipo de integración teniendo en cuenta a esta autora es aquella que refiere a las distintas posiciones de los objetos que visualizamos (location binding), a cómo se integran las posiciones de los objetos visualizados de acuerdo a otros objetos y nuestro propio cuerpo. Según Revonsuo (1999), habría un tipo de integración conceptual-semántica (semantic-conceptual binding), que permitiría que experimentemos el mundo como algo significativo y familiar.

La integración no parecería ser algo que ocurre al mismo tiempo para todos los atributos de los estímulos percibidos. En ciertos experimentos psicofísicos, Bartels y Zeki (2006) constataron que el bindingpara dos colores requirió de mayor tiempo de presentación de los estímulos que el bindingde las direcciones de dos estímulos en movimiento. Al mismo tiempo, el bindingentre atributos del mismo tipo, como colores por ejemplo, tomó menos tiempo que el bindingentre atributos diferentes, como color y movimiento. A su vez, estos autores indican que en tales experimentos los estímulos presentados en lapsos muy rápidos podían ser discriminados pero no integrados.

Los niveles de los mecanismos neuronales y cognitivos de la integración, referirían de acuerdo a Revonsuo (1999) a las posibles explicaciones de por qué experimentamos subjetivamente las diversas sensaciones de forma integrada. En este sentido, la sincronizaciónha sido una hipótesis planteada respecto a cómo se daría la integración a nivel neuronal. Esta refiere a un mecanismo basado en los aspectos temporales de la actividad neuronal. Parecería que los aspectos temporales de la actividad celular resultan relevantes en cuanto a las relaciones entre células activas (Von der Malsburg, 1981). La idea es que una sincronización en las descargas neuronales puede servir como forma de integración de neuronas distribuidas en diferentes regiones corticales, donde la actividad de un grupo de neuronas se sincroniza con la actividad de otro grupo neuronal (Engel, Fries, Köpnig, Brecht y Singer, 1999). De acuerdo a estos autores, los resultados de diversos experimentos sobre el sistema visual apoyan la idea de que la sincronización entre neuronas corticales sería uno de los factores necesarios para la formación de representaciones sensoriales coherentes, y también para la integración sensorio-motora. Estos autores agregan que la sincronización también sería un factor clave para los estados fenomenológicos, en otras palabras, para la conciencia de los estímulos sensoriales. De acuerdo a Revonsuo (1999), teniendo en cuenta esta hipótesis sobre la sincronización nos encontramos con el problema de cómo el cerebro codificaría la información sensorial y cuál es el nivel de análisis apropiado para algo como la conciencia, ¿depende esta de la actividad de una neurona o de múltiples neuronas? Puesto que la sincronización de la actividad de una neurona puede lograrse solo en base a la actividad de otra neurona, esto introduce un nivel mayor de análisis que el de las neuronas consideradas individualmente.

Otro aspecto importante respecto a la integración, es que en los individuos se lleva a cabo un proceso de atención por el cual se enfatizan determinados estímulos, mientras que otros pasan a un segundo plano, tal como hemos indicado en este trabajo bajo el título de “Conciencia y atención”. Si una determinada experiencia depende de la activación de múltiples áreas en el cerebro, como hemos mencionado, el mecanismo de la atención podría seleccionar un grupo neuronal como relevante, dificultando una experiencia integrada que depende de la actividad de varios grupos neuronales. De acuerdo a Crick y Koch (2003),la idea es que si varios tipos de información sensorial no implican demasiadas representaciones en común, esto es, que no requieren de la activación de los mismo patrones neuronales, entonces puede existir conciencia para estos aspectos, sin embargo, de existir patrones comunes, la atención volitiva trabajaría para seleccionar uno de esos componentes sensoriales. En este sentido, podría considerarse que no habría un lugar cortical donde todo se junta, por decirlo de una manera, especialmente porque un patrón común no podría sostener tal integración, según la idea de estos autores, la atención tendría que seleccionar un elemento. 

  1. ¿Representan los qualiaun fenómeno adaptativo resultado de la selección natural?

De acuerdo a Earl (2008), la visión según la cual la conciencia tiene un valor biológico parece encontrarse polarizada en el ámbito académico, mientras la mayoría considera a la conciencia como adaptativa, una minoría la toma simplemente como un fenómeno sin valor adaptativo alguno, un resultado secundario, podría decirse, de otros procesos. Una pregunta que muchos defensores del valor adaptativo de la conciencia se hacen frente a la idea de esta como un fenómeno que no ofrece ninguna ventaja, es cómo puede haber surgido un amplio rango de qualiade no ser mediante selección natural. En términos amplios el argumento a favor del valor adaptativo de la conciencia recae en la consideración de que todas las complejas propiedades de los organismos evolucionaron por selección natural, por lo que es probable que la conciencia también haya evolucionado por los mismos mecanismos, porque es beneficiosa en algún sentido para el comportamiento y la supervivencia del organismo.Este autor retoma el plateo de William James (1890) quien establece el argumento de que sensaciones y sentimientos agradables suelen ocurrir en conexión con eventos o hechos beneficiosos, sensaciones desagradables ocurren con eventos dañinos, y que esto puede ser explicado en la medida que estas sensaciones evolucionaron por selección natural porque pueden influenciar el comportamiento. 

De acuerdo a Earl (2008), lo que muchos autores establecen como argumento general para la conciencia como un fenómeno sin valor adaptativo es la consideración de que un evento cualitativo de la experiencia de un sujeto determinado, como la experiencia subjetiva de un color, es causado por un evento neuronal, que además de dar lugar a dicha experiencia cualitativa, afecta otros eventos neuronales que influencian o determinan cierto comportamiento, pero la experiencia cualitativa no es la causa de dicho comportamiento, sino resultado de los eventos neuronales que la anteceden. De aquí que se establece que dicha experiencia cualitativa tiene poco valor para la conducta. De acuerdo a este autor, este argumento es, sin embargo, demasiado simplista, y sobretodo, carece de evidencia concreta que lo respalde. De acuerdo a este autor, se argumenta que la experiencia cualitativa tiene una influencia en el comportamiento o que está conectada a eventos neuronales que si tienen un efecto en el comportamiento, pero poca evidencia es puesta en juego para apoyar cualquiera de estas hipótesis.

De acuerdo a Edelman et al. (2011), la conciencia es un fenómeno biológico, producto tanto de la evolución como del desarrollo. Esto refiere al concepto de darwinismo tanto evolutivo como neuronal, o sea, estos autores plantean que los fenómenos y procesos cerebrales son resultado de la evolución biológica que da lugar a las bases en que estos se gestan, y también son resultado de una selección neuronal que se da en la ontogenia y desarrollo del sujeto. En este último caso, el cerebro de una persona, especialmente en los primeros años de vida, va seleccionando aquellas conexiones neuronales que la experiencia y el contexto del sujeto favorece, pues resultan más adaptativos, mientras otras conexiones se pierden. Estos dos aspectos evolutivos hacen al cerebro del sujeto en particular. Estos autores distinguen a los procesos primarios de conciencia, de carácter sensorial-motor, propio de animales sin capacidad lingüística, de procesos superiores de conciencia, que habrían sobrevenido en los seres humanos una vez que las capacidades lingüísticas permitieran salirse del momento presente, manipulando representaciones de las cosas. En este sentido, la posición de estos autores es que la ventaja adaptativa de la conciencia yace en la capacidad que le da a los seres humanos, de planificar y prepararse para eventualidades futuras.

De todas formas, este problema sigue siendo controvertido. Si consideramos el qualecomo una cualidad sin utilidad alguna en el ser humano, una idea interesante surge, la de los llamados zombies,  tal comoplantea Chalmers (1996), la posibilidad de que las mismas funciones que existen en un ser humano ocurran pero sin conciencia fenomenológica, sin qualia. Si consideramos que las funciones mentales están basadas en la biología y mecánica del cerebro, ¿por qué no considerar un sujeto que puede pensar, recordar o percibir la realidad externa a este, pero que no tenga conciencia al respecto? Un sujeto así sería llamado zombie, un ser que posee las mismas funciones que un individuo normal pero sin presentar conciencia. La cuestión de si los zombiesfilosóficos son posibles o no ha sido arduamente debatida por filósofos y científicos (Kirk, 2005), y probablemente siga siendo fruto de discusión en el futuro.  

Si bien podemos concluir que el problema difícil (Chalmers, 1996)no tiene dicha denominación en vano, existen autores que son optimistas en las posibilidades que tenemos de avanzar hacia una explicación coherente del fenómeno del quale.  Edelman et al. (2011) por ejemplo,establecen que la conciencia no es causal en el sentido fenomenológico, son las estructuras neuronales que subyacen a la experiencia consciente las que implican causalidad. En este sentido, los qualiano son entidades separadas de las estructuras neuronales, atadas a sus propios principios causales, sino que corresponden a las discriminaciones internas que correlacionan con la actividad del núcleo dinámico. De esta forma, según estos autores, la barrera propuesta por el problema difícila la explicación científica del qualesería algo aparente.  Nikolinakos (2000), por otro lado, afirma que la ciencia utiliza una variabilidad de métodos para identificar en que formas los sistemas sensoriales interactúan con la información de entrada para dar lugar a los qualia, y como esto afecta el comportamiento. En este sentido el autor es optimista en cuanto a la capacidad de la ciencia de ampliar nuestro entendimiento del fenómeno del qualeen la misma medida que la ciencia ha ampliado el conocimiento en otras áreas de investigación. Al mismo tiempo los aportes que hemos expuesto de autores como Crick y Koch (1992, 2003) o Ramachandran y Hirstein (1997), nos hacen pensar acerca de las relaciones de los qualiacon el funcionamiento cerebral, como para concluir que dicho fenómeno no está necesariamente más allá de una explicación científica fuera de los confines de la neurociencia. 

  1. Conclusiones

Como consecuencia de lo desarrollado en este trabajo, podemos concluir en primer lugar, que el fenómeno del qualees complejo y a la vez central al concepto de conciencia, y como hemos indagado, nos ayuda a entender lo que significa tener una experiencia consciente, qué relación tiene esto con elselfy qué papel juega en nuestra cognición. En segundo lugar, concluimos que aún existe entre los académicos gran debate sobre la exacta naturaleza del fenómeno, el caso, por ejemplo, de si este se manifiesta como una dimensión subjetiva, privada, o es algo trasmisible.

Por otro lado, podemos concluir que no existe evidencia suficiente y argumentación sólida como para afirmar que el quale no puede relacionarse con el funcionamiento del sistema nervioso. Como hemos demostrado, tenemos muchos ejemplos de fenómenos y alteraciones en el sistema nervioso que pueden vincularse con el fenómeno del quale.

Indudablemente, las bases neurobiológicas del qualecontinuarán siendo estudiadas, y como hemos destacado en este trabajo, la presencia de ciertos alteraciones neurológicas influye enormemente en la manifestaciones particulares de qualia. Recordemos lo que Crick y Koch  (2003) plantean respecto a la conciencia: que el correlato neuronal de la conciencia implica un conjunto mínimo de eventos que dan lugar a un aspecto de la conciencia. Esto puede representar un camino de investigación a futuro sobre el fenómeno del quale, en el sentido de comprender cuál es la actividad mínima cerebral, o los eventos cerebrales mínimos requeridos para que haya una manifestación de quale.

Otro aspecto de gran relevancia a concluir en este trabajo, dado los aportes mencionados, es que parecería ser necesario algún mecanismo o forma mediante la cual los qualia se unen. Como sucede en el caso de la visión, donde forma, color o movimiento se manifiestan como un todo integrado.

Por último, debemos entender que estudiar este fenómeno no es simple, por las razones ya desarrolladas en este trabajo. Nos enfrentamos a un tema que involucra incluso posiciones metafísicas, sobre la naturaleza misma de la realidad, dentro del ámbito de la filosofía, y como destacamos en un principio, llegar a develar las posibles bases neurobiológicas del qualepodrá no resultar algo que alcancemos en el correr de nuestra época sino en un futuro distante.

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